El señor de las moscas
RECOMENDACIÓN DE: Mónica Arnedo Ruiz.
DEPARTAMENTO DE LENGUA Y LITERATURA CASTELLANA
El Señor de las moscas de William Golding, fábula moral de la condición humana y Premio Nobel de Literatura 1983, clásico de la literatura y lectura obligatoria en los institutos del mundo anglosajón. Nos cuenta como un grupo de adolescentes tienen un accidente de avión y han de sobrevivir sin la presencia de ningún adulto en una isla desierta. Las desavenencias entre ellos en seguida convertirán lo que sería una fantástica aventura en una pesadilla.
Tradicionalmente se han hecho diversas
lecturas alegóricas de la obra: en la más común, Ralph es el chico que representa los valores democráticos y el
establecimiento del orden. Por contra, Jack
es el chico que opta por renegar del orden y volverse él y los suyos en
“salvajes”, cuya única preocupación es cazar. Se podría ir más allá en la
alegoría, y sugerir que el conflicto que viven los chicos es un espejo de la
Segunda Guerra Mundial: Ralph podría
ser las fuerzas de la democracia; Jack,
el nazismo que arrasa el territorio. Siguiendo esa metáfora, podríamos
encontrar una representación para Simon
,el primero que se da cuenta de que el comportamiento de Jack está llevando a la perdición a los chicos, los mellizos Sam y Eric representarían los colaboracionistas de Jack a su pesar.
Sea como sea, Golding enfrenta dos
filosofías: una que intenta establecer un orden artificial en la naturaleza, y
otro que se entrega a ésta de forma total. Los resultados son catastróficos: la
naturaleza no sabe de estructuras sociales o de conceptos como piedad o
solidaridad. En la naturaleza prevalece la ley del más fuerte y el hombre, en
el fondo, es un animal
Como dato interesante de este fantástico libro, decir que el título “El
señor de las moscas”, alude a
la maldad humana, representada por Belcebú, deidad filistea y posteriormente también
perteneciente a la iconografía cristiana, que es conocido por este sobrenombre
de: “Señor de las Moscas”.
Libro muy recomendable
tanto para el alumnado de la ESO como de Bachillerato, ya que es una magnífica
reflexión sobre la condición humana y un relato iniciático que
habla sobre cómo nos convertimos en adultos y qué es lo que nos mueve.